Nunca he terminado una historia y tal vez jamás lo haga, pero alguna de ellas simplemente quieren un poco de luz, atención, por eso abrí este blog, para darles un pequeño espacio que no me comprometa demasiado.




jueves, 17 de diciembre de 2015

Más tesoros sin brillo.

De una libreta que escurre las emociones sobrecargadas de mi adolescencia:

Si fuera pecado, sería pereza.
Si fuera humano, estaría muerto.
Si guera animal, ya me habrían matado.
Si estuviera en la tierra, sería basura.
Si estuviera en el aire, seria amoniaco.
Si estuviera en el corazón, sería dolor.
Siendo un sentimiento, soy tristeza.

Lo que piensas antes de ir a dormir define tu filosofía de vida.
La soledad es la libertad.
No entiendo porque me aburre, me aburre porque no me gusta, no me gusta porque no entiendo.
Los tiburones me persiguen. (Antes solaba mucho con tiburones.)
Me avergüenza mucho decir lo que pasa por mi cabeza.

El precio de pedir muerte no es morir, es la culpa.
Los orgullosos se quedan solos.

¿Hay algo más abstracto que los colores? Estas ilusiones de energía, la materia prima que todo lo tiene y llena la vida absurda y simbólica que llevamos.
Los colores son imposibles de destruir, infinitos y perfectos. Hay de todos los gustos.
¿Somos nosotros colores? Y entonces ¿de qué color sería yo?

Tedio
El tedio es una garrapata. Lo miramos y queremos que desaparezca, pero sabemos que dolerá arrancarla, por eso dejamos que exista y nos consuma. ¡Qué valientes son las personas que se las quitan! Aunque queden marcados son dueños de ellos mismo y no acarrean paracitos en su vida.

A pesar de cómo se puede sentir todo lo que escribí, la mía es una vida fácil. La felicidad es complicada, adictiva y somnífera. ¿Una droga? Sí, y muy legal y recomendada.
Si es así, prefiero la codeína. Se consigue sin receta, es prima de la morfina y no complica tanto la vida. Además, nunca tendrás tos.

Me da miedo saber que soy inútil, pero me da más miedo que eso sea mentira.
¿Cómo viviría cuando entiendo que puedo alcanzar cualquier cosa que quiera tomar? ¿Bajo qué sentimiento viviré?
¿Felicidad?
La felicidad me aburre, me cansa. Agota mi cuerpo y no lo soporto.
No nací para ser feliz y me contenta eso. No sé para qué nací, aun no lo recuerdo… pero seguiré viviendo complicándome la vida y regalando una felicidad que en realidad no quiero.

El sueño…
Que placer más odioso y egoísta.




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